12/04/2009

Club Bilderberg: Los dueños del mundo


El Club Bilderberg reúne cada año a unos 130 líderes de la elite financiera, empresarial, política, académica y de los medios de comunicación del primer mundo, fundamentalmente de Estados Unidos y Europa, para discutir sobre temas de interés global. A estas reuniones, que se realizan con casi nula cobertura periodística, a puertas cerradas y con gran contingente de seguridad, se puede asistir solo mediante invitación. Debido al extremo secretismo con que se efectúan estos encuentros, se especula que el grupo estaría operando como un gobierno mundial en las sombras, pues en esa instancia se decidiría el destino de la humanidad, se habla de quienes vienen a establecer el NUEVO ORDEN. Uno de su séquito es David Rockefeller, quien este verano visitó la isla del Lago Ranco de una de las familias más influyentes en el Chile de los últimos 100 años, Los Edwards, los “punta de la pirámide” del capitulo chileno de esta oligarquía. ¿Afecta este tipo de libertad de asociación casi secreta, la libertad y vida de los pueblos?

Amenazada de muerte por el poder oculto que hoy busca visibilidad, Cristina Martín Jiménez, periodista española egresada de la Universidad de Salamanca y autora del libro Club Bilderberg, Los amos del mundo, sitúa los orígenes históricos de este grupo en plena guerra fría. Su objetivo, según sus creadores, era aumentar el entendimiento entre países del Atlántico. La primera reunión se realizó desde el 29 al 31 de mayo de 1954, en la localidad holandesa de Oosterbeck, en el hotel Bilderberg, a partir del cual el grupo recibió su nombre. El anfitrión fue el príncipe Bernardo de Holanda, padre de la actual Reina Beatriz, propietario del hotel, estrechamente relacionado con las altas esferas del poder financiero y político occidental, quien en su juventud fue miembro activo del partido nazi.
Sin embargo, la periodista asegura que el principal impulsor del Club fue el multimillonario norteamericano David Rockefeller, masón. El magnate, junto a la banca de Estados Unidos, envió como emisario al financiero de origen judío-polaco Joseph Rettinger, alto miembro de la masonería, para que se pusiera en contacto con el príncipe Bernardo. Debido a la gran envergadura del proyecto, ellos se contactaron con la familia inglesa Rotschild, considerando su gran poder económico, dinastía que en 1952 ya se había apoderado de la banca de su país. Otra figura importante de esa primera cita fue Henry Kissinger, asesor en asuntos especiales del ex presidente Richard Nixon y en temas de defensa en varios gobiernos estadounidenses.
En la actualidad, el presidente honorario del Club Bilderberg es Ettiene Davignon, político y empresario belga y ex vicepresidente de la Comunidad Europea. Otros miembros permanentes, según lo reveló el investigador de origen ruso, Daniel Estulin, autor de La verdadera historia del Club Bilderberg, son Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal entre 1987 y 2006; Donald Rumsfeld, ex secretario de Defensa de Estados Unidos; Georges Soros, presidente del Soros Fund Management LLC y del Open Society Institut y Henry Kissinger presidente de Kissinger Associates Inc., de quien además se especula habría asesorado en las sombras a George W. Bush en la guerra de Irak.
Sobre el extremo secretismo con que se realizan las reuniones de este club elitista, Daniel Estulin, quien los investiga desde hace 15 años, expresa que “si bien es normal que en cualquier democracia moderna se proteja el derecho a la intimidad, la ciudadanía tiene derecho a saber de qué hablan los más importantes presidentes, primeros ministros, reyes y reinas de todas las casas europeas, cuando se reúnen con los empresarios y banqueros más ricos de sus respectivos países”. Pero este cuestionamiento no es nuevo, en 1963, en una reunión del ex presidente John Kennedy con los representantes de los medios estadounidenses, lanzó una fuerte crítica a las sociedades secretas, señalando que “la palabra secreto es repugnante en una sociedad abierta y libre y nosotros como pueblo, histórica e inherentemente, nos hemos opuesto a las sociedades secretas, a juramentos y procedimientos secretos”, dejando constancia de la existencia de grupos que operaban tras la cortina en esa época. Debemos considerar también, que varias de las personalidades que asisten a esas reuniones están pasando por alto legislaciones de sus propios países, como la Ley Logan de 1978 de Estados Unidos, que “no permite que un ciudadano norteamericano actúe como diplomático no oficial sin la autorización del Gobierno o el Congreso”, y menos que se reúna en secreto con grandes empresarios, jefes de gobierno o presidentes de los principales bancos del mundo.
En nuestro país el senador Nelson Ávila reconoce que “el llamado Club Bilderberg es el más influyente poder fáctico del planeta. Las reuniones son secretas porque sus verdaderos fines son inconfesables. Se huelen y pesan entre sí para sintonizarse en su delirante vocación de dominio mundial. Están por encima de gobiernos y organismos internacionales, pero no son ajenos a ellos. Les manipulan y tuercen sus decisiones en función de sus intereses. Las guerras son parte del negocio. Por eso, tras los bastidores, están en todas. Irak es su más desvergonzada intromisión. Resultado de ello es el indigno alineamiento a que sometieron tanto a Blair como Aznar”, asegura el parlamentario.

¿SOBRE QUÉ HABLAN LOS PODEROSOS?

Estulin cuestiona la “falta de garantías hacia los ciudadanos de que el Club Bilderberg no sea un centro de tráfico de influencias y de cabildeo(lobby), si no se les permite conocer de qué hablan allí sus representantes. De esta manera, es legítimo preguntarse por qué el Foro de Davos y las reuniones del G8 aparecen en todos los periódicos en portada y permiten asistir a miles y miles de periodistas, mientras que nadie cubre las reuniones de este selecto club”. Ante esta crítica, los directivos de esta organización elitista han afirmado que “esa discreción es necesaria para que los participantes en los debates puedan hablar con libertad, sin ver al día siguiente sus declaraciones reflejadas en los periódicos”. Sin duda, esa discreción les permite deliberar con más libertad, aclara Estulin, pero eso no responde a la pregunta fundamental: ¿Sobre qué hablan los más poderosos del mundo en esas reuniones? Asegura que en esas juntas se toman decisiones que no solo impactan en la comunidad empresarial, sino que en la política, economía, medio ambiente y hasta en nuestra vida cotidiana.
El escritor denuncia que este grupo estaría trabajando en un Nuevo Orden Mundial con una “metodología sistémica”, es decir, influir en la cabeza de las instituciones de los principales sectores de la sociedad y, desde ahí, controlar a la masa. Esto se explica mejor teniendo en cuenta que no es necesario saber qué hace o piensa cada individuo dentro una organización, sino que basta con tener el control del presidente o del individuo más influyente dentro de la misma.
Para el investigador residente en Canadá, el Club Bilderberg “sería responsable del actual control de la población a través de la manipulación mediática y el miedo”. Observamos que producto de la gran concentración de medios de comunicación, es más fácil uniformar y manejar los mensajes, pero también establecer pautas editoriales que privilegien la farándula, la crónica roja o los hechos de sangre para atemorizar al público. Por otra parte, es una realidad que la concentración de medios permite administrar eficazmente los contenidos, estableciendo discursos y versiones oficiales, influyendo en los patrones de conducta de los receptores y determinando qué es lo relevante. Así, se han asegurado de implantar una sociedad del espectáculo, sin informar al público de lo que realmente sucede en el mundo.
Según Estulin, esta organización de elite también sería responsable de promover conflictos bélicos, orquestando episodios de alto impacto para sensibilizar al público y avanzar en sus objetivos. De esta manera generarían las condiciones para la invasión a países con riquezas energéticas, fundamentalmente petróleo, pero, además, crearían los escenarios para aprobar leyes en los parlamentos, conforme a reducir, o bien suprimir, los derechos civiles. Un ejemplo fue la firma del Acta Patriótica realizada por el presidente George W. Bush, sin la aprobación del Congreso ni de los ciudadanos estadounidenses, luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, cuya versión oficial ha sido ampliamente cuestionada por investigaciones independientes en ese mismo país. Justamente, el periodista y cineasta norteamericano Alex Jones, critica el papel de los gobiernos occidentales, en los cuales participan o han participado integrantes del Club Bildeberg, acusándolos de estar involucrados en organizar operaciones de Falsa Bandera (False Flag) Esta estrategia consiste en realizar atentados, encubrir a los involucrados, e inculpar a un enemigo político; de esta forma justificar guerras, influir elecciones, o bien llevar adelante proyectos de ley para recortar los derechos ciudadanos. Este sería el caso del atentado del 9/11, luego del cual se dio inicio oficial a la “Guerra al Terrorismo”; y el del metro en Londres, que influyó ostensiblemente en la popularidad de Tony Blair, quien integra este selecto grupo.
FIN A LAS SOBERANÍAS NACIONALES
La periodista Cristina Martín afirma que Bilderberg pretende establecer un gobierno mundial, con una moneda, ejército y religión únicos. Asegura que la institución que les servirá para administrar este gobierno planetario es la Organización de Naciones Unidas (ONU), que coincidentemente fue edificada en Nueva York, en terrenos “donados” por el fundador del club: David Rockefeller. Esta institución internacional, según la periodista, perdió legitimidad desde sus inicios por la facultad de vetar a determinadas naciones, “pues más que una unión de naciones, parece una unión de intereses”. La española asegura que sus organismos se convertirán en ministerios, por ejemplo la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) en el Ministerio Mundial de la Agricultura; UNIDO (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial) en el Ministerio Mundial de la Industria y UNESCO (Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe) en el Ministerio Mundial de la Cultura y la Educación.
La investigadora cree que desde la ONU se promovió una religión mundial, a través de la Carta de la Tierra, documento que pregona el inicio de una nueva espiritualidad universal, que entró en vigor a partir del 2000 y fue redactada por el ex presidente soviético, Mijail Gorbachov.
Enfatiza que este organismo de la elite planetaria pretende terminar con las soberanías nacionales mediante el establecimiento de un gobierno mundial uniforme, lo que de concretarse suprimirá la identidad de los países. Señala que esto partió con la liberación de las barreras comerciales y ha seguido con los ámbitos más profundos que afectan al sistema social como la educación, salud y los medios de comunicación. Concluye que desde este punto de vista “podemos reconocer que el Club Bilderberg es el Sistema”, pues es capaz de influir y controlar desde lo aspectos más complejos hasta nuestra vida cotidiana, manipulando, indicándonos cómo vivir, y por supuesto, impidiéndonos avanzar en determinar el destino de nuestras comunidades.
La investigación realizada por la periodista española indica que los objetivos puntuales de este grupo elitista, en función de establecer un gobierno global, son “el aniquilamiento progresivo de las soberanías nacionales y su transferencia a instituciones de carácter oligárquico y transnacional. Para, de este modo, alcanzar una soberanía supra-nacional de la elite intelectual y los bancos mundiales, por sobre la autodeterminación tradicional de las naciones”.

EL CÍRCULO DE PODER

Según el investigador Estulin, han asistido a las reuniones de Bilderberg los presidentes de entidades financieras como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo; presidentes de las empresas más poderosas del mundo, como Daimler Chrysler, Coca Cola, Pepsi Co., Ford, General Motors, Novartis, Astra Zeneca, British Petroleum, Shell, Chase Manhattan Bank, UBS Warburg, Soros Fund Management, Kissinger and Associates, Nokia, Motorola, Ericsson, American Express, France Telecom, German Telecom, British Telecom, Goldman Sachs, Lazard Freres, Deutsche Bank, JP Morgan, Xerox, Microsoft, Oracle y EADS. También han participado secretarios de defensa y vicepresidentes de Estados Unidos, representantes de comités nacionales democráticos y republicanos, directores de la CIA y del FBI, secretarios generales de la OTAN, todos los comisarios europeos, senadores y congresistas estadounidenses, primeros ministros europeos y líderes de los partidos de la oposición, gobernadores de los bancos centrales de todos los países europeos, los principales editores y los directores de los más importantes periódicos del mundo.
El periodista norteamericano Jim Tucker, editor del American Free Press y quien desde hace más de 30 años sigue los pasos de este grupo, señala que en 2008 asistieron a la reunión anual personalidades de EE UU tremendamente influyentes como Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal; Donald Graham, presidente y consejero delegado del Washington Post; James Johnson, vicepresidente del Banco Perseus, quien formó parte de la comisión encargada de buscar al vicepresidente que acompañó la carrera presidencial de Barak Obama; Richard Perle, ex presidente del Consejo de Política de Defensa (2001-2003) y uno de los principales ejecutivos del American Enterprise Institute for Public Policy Research, un centro de pensamiento de derecha; Condoleezza Rice, ex secretaria de Estado; Mark Sanford, gobernador del sur de California y Paul Wolfowitz, ex subsecretario del Ministerio de Defensa y ex presidente del Banco Mundial.
Según Tucker, entre los españoles invitados el año pasado aparecen Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo PRISA; Bernardino León Gross, secretario general de la presidencia de España; Matías Rodríguez Inciarte, vicepresidente del Banco Santander; Joaquín Almunia, comisario de economía de la Unión Europea y la Reina Sofía de España, quien estaría asistiendo de manera permanente hace varios encuentros. La misma fuente reveló que en versiones anteriores participaron Rodrigo Rato (1992,1994), ex director gerente del Fondo Monetario Internacional; Pedro Solbes(1999), vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda; Jaime Carvajal de Urquijo(1982-1998), presidente de la Ford España, Dresdner Kleinwort Capital España, Ericsson España y ABB S.A. y Javier Solana(1985, 1998 y 2000), alto representante para la política exterior y de seguridad común de la Unión Europea y comandante en jefe de la EUFOR, fuerza militar bajo las órdenes del Consejo de la Unión Europea.
Además, el Club Bilderberg está ligado a dos organizaciones de carácter internacional. La Trilateral Commission (Comision Trilateral), que fue fundada por iniciativa de David Rockefeller, y que aglutina a personalidades destacadas de la economía y los negocios de las tres zonas principales de la economía capitalista: Norteamérica, Europa y Asía-Pacífico. Precisamente la inclusión de miembros de Japón es la principal diferencia con Bilderberg. Y el Council on Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores), organización estadounidense no partidista, dedicada a la política exterior, fundada en 1921 con base en Nueva York. Muchos creen que se trata de la entidad privada más poderosa por su influencia en la política exterior de los Estados Unidos. Publica la revista bimensual Foreign Affaire. Tiene una extensa página web que provee enlaces a su think tank, el programa de estudios David Rockefeller, otros programas y proyectos, publicaciones, historia, biografías de notables y otros miembros del directorio, miembros corporativos y notas de prensa, una sociedad cada vez menos secreta

Salfate devela el juego de la elite mundial El Ciudadano

ARCADI OLIVERES Y EL CLUB BILDERBERG



Sus socios son los amos del mundo


Sus socios son los amos del mundo


Desde hace 50 años, muchas cosas en el mundo no ocurren de manera espontánea. Las guerras, las invasiones, la unificación de una moneda, la ruptura de fronteras, el derrocamiento de un líder o el asesinato de otro; el triunfo de un candidato a la Presidencia en un país estratégico; la venta de una multinacional a otra y los tratados de libre comercio son sucesos debidamente programados y orquestados por fuerzas económicas y militares muy poderosas e invisibles.

No en vano The Times (Londres, 1977) con respecto a este fenómeno, escribió "...una camarilla formada por algunos de los hombres más ricos, poderosos e influyentes de Occidente se reúnen secretamente para planear eventos que después simplemente suceden


Organizan un nuevo orden mundial

Cada año, en el mes de mayo, en un lugar muy bien escogido, estos poderosos se reúnen para programar minuciosamente los fenómenos que han de ocurrir en el año siguiente, a mediano y largo plazo. Todo, en aras de seguir afianzando su poder económico, militar y científico, y al mismo tiempo, buscando encaminar el mundo hacia una globalización absoluta, con la eliminación de barreras, el establecimiento de un solo gobierno universal -impuesto, no elegido-, la creación de un ejército único, de una sola religión, una sola moneda y una economía global.

Para muchos analistas, sobre todo para los más pesimistas, el propósito primordial es eliminar las clases medias y dividir la humanidad en dos grupos básicos: los dueños del poder y los esclavos.

No sin razón (dicen las informaciones esporádicas, pero muy serias sobre el tema que aparecen en la red), hechos tan trascendentales como la guerra de las Malvinas, el asesinato de Aldo Moro en Italia, el derrocamiento del Sha de Irán, el ajusticiamiento de Ali Bhutto en Pakistán; la unificación de Europa, ligada a la creación del Euro, y hasta el aplazamiento de la invasión a Irak -exigida al presidente Bush, por varios meses-, así como una próxima invasión a Irán, que se estaría preparando, de acuerdo con unas fechas y unos intereses acordados son, según los expertos, acontecimientos planificados con meticulosidad y astucia por parte de los sumos sacerdotes del capitalismo.

El Club de los bilderberger

Los asistentes a la reunión anual de mayo son los miembros del denominado Club Bilderberg: banqueros, monarcas, militares, dueños y directores de medios de comunicación y políticos. Todos muy poderosos y capaces de manejar a su antojo las fuerzas económicas, militares y científicas más influyentes de la tierra. Los directivos o propietarios de Coca cola, General Electric, Microsoft, France Telecom, Fiat, la energética suiza ABB, Danish Oil and Gas Corporation, Geineken N.V., Electrolux, Ericsson y la familia Wallenberg, dueña de la principal fortuna de Suecia, por citar algunas.

Directores de entidades financieras como el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, el Banco Central de Francia y de más bancos centrales de Europa y los Estados Unidos. Casi todas las monarquías existentes, a la cabeza de las cuales están la Reina Beatriz de Holanda, hija del fundador del Club; el príncipe Felipe, heredero de la corona de Bélgica; la Reina Sofía, que estaba en la reunión correspondiente cuando la princesa Letizia anunció su primer embarazo; y el rey Juan Carlos de España, entre otros.

Hombres muy ricos o de una influencia muy grande en el mundo, como: Bill Gates, Henry Kissinger, David Rockefeller, estos dos últimos los más viejos activistas del Club y defensores acérrimos de sus pretensiones. Ex presdientes, como Valery Giscard D´Estaing, Francoise Miterrand, Bill Clinton y George Bush senior. Ministros como Anna Lindh, encargada de los asuntos exteriores suecos, quie fuera asesinada; José M. Durao, Primer Ministro de Portugal, y Hillary Clinton.


Kofi Annan y su esposa Nane Annan



Presidentes en ejercicio, como Jacques Chirac, de Francia, y George W. Bush, de Estados Unidos. Todos los secretarios de la OTAN y casi todos los Directores de la CIA. Kofi Annan secretario saliente de ONU, quien esta casado con una de las hijas de la familia Wallenberg, principal benefactora del Club, junto a Rockefeller, según informaciones que circulan en la red y que están consignadas en el Libro: La verdadera historia del Club Bilderberg, publicado por el periodista, Daniel Estulin, quien durante 13 años ha estudiado el tema y perseguido las reuniones semi secretas de mayo.


Un poco de historia

El principal gestor del Club Bilderberg, en 1954, fue el rey Bernardo de Holanda, padre de la actual Reina Beatriz, quien con fines estratégicos, y para proteger a Occidente de las agresiones del Comunismo, resolvió convidar a los más poderosos ciudadanos y gobernantes del hemisferio Occidental, para trazar una política adecuada.


Primera reunión del Club Bilderberg en 1954

El principal apoyo a esta idea "extraordinaria", lo obtuvo del magnate norteamericano Nelson Rockefeller, quien venía de fundar, tres décadas atrás, el Council Foreings Relations y el Club de Roma, con el mismo propósito de obtener influencia a nivel mundial.

Igualmente de Henry Kissinger, quien se convirtió en el principal ideólogo del Club, y en el responsable de muchos de los acontecimientos mundiales. No en vano, y a pesar del Premio Nobel de Paz que recibió, se le endilga un pasado oscuro y se le ha querido enjuiciar por genocidio. La primera reunión del naciente Club se llevo a cabo en la localidad holandesa de Oosterbeek, en el Hotel Bilderberg, de donde toma su nombre.

En cada reunión de mayo no participan más de 150 personalidades, 100 de las cuales son prácticamente socias. Las restantes, antes de recibir la correspondiente invitación, son analizadas debidamente por un comité directivo, compuesto por 40 personas.

Este Comité es además el encargado de escoger con lupa el lugar donde se ha de reunir, el cual normalmente no esta lejos del sitio donde unas semanas después, lo hará el G8. (Los 7 países más industrializados del mundo y el presidente de Rusia). Entre los invitados nunca hay asiáticos, aunque esta regla seguramente va a cambiar ahora que el Secretario General de la ONU, Ban Kimoon, es de origen surcoreano.

Tampoco hay mediorientales ni latinoamericanos, aunque al parecer Carlos Slim, el magnate de la telefonía celular de México podría estar incluido en próximas reuniones. Muchos hombres y empresas pasan solicitudes para ser incluidos, pero a nadie se le acepta. Todo el mundo debe esperar la suerte de ser invitado.

La revista The Economist aseguró en uno de sus artículos, "Cuando alguien hace escala en Bilderberg, ya llegó", y cita algunos ejemplos: Bill Clinton, el entonces oscuro gobernador de Arkansas, fue ungido candidato a la Presidencia de los Estados Unidos en la reunión de Baden-Baden, a la que asistió durante hora y media. Igual cosa ocurrió con Tony Blair, antes de ser Primer Ministro de Gran Bretaña.

El caso del ex candidato John Kerry es un ejemplo muy diciente. A su fórmula presidencial, John Edwards, lo escogió después de que éste estuvo en la reunión de 2004. Una vez Edwards terminó su exposición, Kissinger llamó por teléfono a Kerry y le dijo: _"John, hemos encontrado tu vicepresidente". Annan, para llegar a la ONU, siguió igual requisito. Putin se convirtió en presidente de Rusia de manera relativamente fácil, cuando apenas era director de la KGB y en las encuestas no pasaba de un 5% de favorabilidad.

Muchos otros hechos como éste son citados de manera puntual en los innumerables escritos que existen sobre este grupo. Pero los que se oponen, o no cumplen con las metas trazadas, también caen. Margaret Tacher debió renunciar cuando se opuso a que Gran Bretaña unificara sus monedas con el resto de Europa.


Unos temas los enfrentan, otros se les salen de las manos

La temática a desarrollar, con base en las circunstancias previstas y en los acontecimientos a producir, está en manos del grupo de los 40. Los temas a discutir van desde compraventas de empresas, hasta la gestación de guerras, incluida su duración y los protagonistas directos e indirectos de las misma, pues varios socios son productores o intermediarios en la venta de armamento.

Un caso específico de ventas de empresas es el de la gigante eléctrica Ontario Hydro, de propiedad del gobierno canadiense. Su situación, que se debatió en la reunión del Club de Bilderberg, en 1996, poco después se dividió en 5 empresas independientes y se privatizó.

En cuanto a conflictos, Kosovo, es un ejemplo bien claro. El Club decidió la formación de un Estado albanés independiente y el desmembramiento de Yugoslavia. Y así se hizo.

Filtraciones sobre la reunión del 2004 revelan que la guerra de Irak, por orden del Club fue postergada hasta marzo de 2003, cuando todos los periódicos del mundo esperaban el ataque para el verano de 2002.

Igualmente, a través de la OTAN, le dio autorización a Rusia para que bombardera a Chechenia. Y fue allí mismo, en esa reunión, donde se fijo la fecha exacta para que Estados Unidos invadiera a Afganistán.

En boca del periodista Mateo Balín, experto en los entresijos de Bilderberg, existe la tesis de que la estrategia del Club es la de crear tensiones en naciones cerradas cultural y religiosamente, que conduzcan a guerras y hostilidades perpetuas con el propósito de justificar medidas de emergencia nacional en tiempos de paz.

La comunicadora española Cristina Martín va mucho más lejos en su sospechas sobre algunos hechos y dice que lo de las Torres Gemelas, al parecer, estaba organizado. Bin Laden es sólo un motivo.

Con respecto a hechos muy anteriores, como en el caso de Watergate, se dice que éste no hubiera pasado a mayores si al Club no le hubiera interesado el derrocamiento de Nixon.

Pero fue precisamente Kissinger, el cerebro gris del Club, quien desde su cargo como Secretario de Estado, echó a correr el tren del escándalo en contra de su jefe.

Con respecto esto, algunos estudioso del tema afirman que era la mejor oportunidad para cobrarle a Nixon algunas desobediencias, y para asaltar desde la propia cúpula del gobierno la legitimidad de las instituciones norteamericanas desmoralizando la nación, y metiendo en cintura a todos los gobiernos por venir, pues el Club es omnipotente y nadie, ni siquiera los presidente más poderosos, puede estar fuera de su control, pues buscan sustituir el poder de los gobiernos por el poder de la banca.

No en vano dijo Rockefeller en 1999, en entrevista para Newsweek: ”Algo debe reemplazar a los gobiernos y el poder privado me parece la entidad adecuada para hacerlo”.

Pero no todo ha sido ganancia. En el caso de la guerra de Vietnam, se había planeado que ésta durara hasta 1978, pero terminó antes de lo previsto. Con respecto a Irak, la primera idea de invadirlo surgió en el seno del mismo Club.

Para el 2003 no había consenso sobre la invasión y al no poder controlar el quiebre de la misma, ésta se realizó sin que todos los miembros estuvieran de total acuerdo. mientras estaban reunidos en Chantilly, Virginia. Por este hecho hoy se presentan enfrentamientos entre los socios. Algo más que les resultó incontrolable fue la política de mano dura del Primer Ministro israelí Ariel Sharon, sobre los palestinos.

En la reunión de 2005, realizada en Rottch-Egerm, Alemania, se discutieron temas heterogéneos de orden mundial. Desde las relaciones euro-americanas, hasta el polvorín del Medio Oriente. La situación de Irak actualmente y, sobre todo, la tensa situación con Irán, sobre él que se dice, que hay algunas fechas, tentativas, fijadas para invadirlo.

La gran pregunta es cómo hacer para no sufrir las consecuencias que ha producido la resistencia Iraquí. Y, sobre todo, lo que un bilderberger francés le pregunto en voz alta a Kissinger: "Dígame usted que un ataque a Irán no quedara fuera de control", al tiempo que otro preguntó si iban a salir adelante con tres guerras simultáneas, refiriéndose a Irak, Afganistán y ahora Irán.

El hecho es que calentar el planeta con un conflicto armado en cualquier lugar es algo que no es ajeno a los bilderberger.

El Club y la prensa

Para la periodista Cristina Martín, autora del libro El Club Bilderberg, los amos del mundo: "Hay periodistas que funcionan como perritos falderos. Hay magnates de la prensa que dirigen y manipulan a la opinión publica con respecto al Club".

Y estos grandes empresarios asisten a las reuniones o son socios que prometen de antemano que nunca, y bajo ninguna circunstancia, hablaran del Club y mucho menos de los temas que allí discuten. Los dueños del Washington Post, del New York Times y del American Free Press, entienden muy bien lo que es callar.

Lo poco que se sabe de las reuniones del Club es por filtraciones que hacen algunos de sus miembros inconformes por cosas que allí se fraguan, y por periodistas independientes que se han atrevido a investigar sobre el tema, comprometidos únicamente con el deber de informar y a riesgo de su propia vida.

Algunos comunicadores, dependientes de los grandes periódicos, han tenido que pagar su osadía de querer publicar algo. Este es el caso de Gordon Theter del rotativo londinense Financial Times, quien perdió su puesto en 1976, cuando intentó, sin éxito, publicar un artículo muy explícito sobre la reunión sostenida en ese año.

De los medios de habla hispana, según la misma Cristina Martín, un invitado fijo desde hace dos años es Juan Luis Cebrián del grupo español Prisa.

Otros, como en el caso de muchas empresas de diferente índole, han fracasado en su intento por llegar al Club, e incluso por ser invitados a algunas de su reuniones, que se dan siempre en un hotel lujoso a las afueras de una ciudad tranquila, donde la mitad del personal es licenciado, pues llegan pajes, metres y cocineros de confianza, que junto a los grandes señores que señalan el destino del mundo, quedan prácticamente cerrados por la más poderosas fuerzas de seguridad del planeta.

Italian MEP on Bilderberg and Trilateral nominations for EU President

Van Rompuy elegido secretamente por el Club Bilderberg


El nombramiento de Van Rompuy a presidente del Consejo de Europa se decidió en una cena secreta celebrada el 12 de noviembre en Bruselas


Van Rompuy, Míster Bilderberg


Enrico Piovesana


La decisión de nombrar presidente permanente de la nueva Unión Europea -nuevo cargo previsto en el Tratado de Lisboa- al primer ministro belga Herman Van Rompuy -miembro del partido de los democratacristianos flamencos y apasionado de los haikus- se tomó el 12 de noviembre por la noche en una cena a puerta cerrada en el Castillo de Hertoginnedal, que está situado en los alrededores de Bruselas.


Organizó la cena el famoso Bilderberg Club: el órgano de decisión más poderoso, reservado, privado y discutido del mundo que desde 1954 reúne a los vértices políticos, financieros, industriales, militares y mediáticos de los países occidentales.


Según indiscreciones recogidas en la prensa belga, en concreto en el periódico De Tijd (luego retomadas también por el Times de Londres) durante la cena el futuro presidente europeo declaró que una vez asumido el cargo promovería un impuesto europeo.
Precisamente en el Castillo de Hertoginnedal, propiedad de la familia real belga, antiguo priorato religioso femenino, se celebraron en 1956 las primeras reuniones para la creación de la CEE y el Euratom, embriones de la actual Unión Europea.


Van Rompuy, pese a a su aparente bajo perfil, frecuenta desde hace tiempo tanto el Club Bilderberg como la Comisión Trilateral, otro poderoso organismo supranacional fundado y presidido por David Rockefeller.

La reina Sofia