11/08/2006
2005
Bilderberg 2005 ha sido una reunión extraordinaria de la élite mundial: los individuos que encabezan las principales empresas petroleras y financieras del mundo se reunieron durante cuatro días en la localidad alemana de Rottach-Egern, de forma totalmente hermética, con los líderes políticos electos y los propietarios de los medios de comunicación más importantes. Pero, sorprendentemente, apenas se ha mencionado media palabra sobre esto en los periódicos del mundo. Los temas que se han discutido este año han sido heterogéneos y han ido desde decidir cómo debería ocuparse el mundo de las relaciones euro-americanas hasta el polvorín de Oriente Medio, sobre todo la Guerra de Irak y la tensa situación con Irán. Además, también se han tratado asuntos relacionados con la economía global, como la creciente amenaza económica de China, o la crisis energética. Los acuerdos alcanzados influirán en el curso de la civilización occidental y en el futuro de todo el planeta. ¿Qué es lo que están intentando conseguir los bilderbergers? El objetivo prioritario no ha cambiado desde que se fundó la sociedad secreta: instaurar "por conquista o por consentimiento", un nuevo orden mundial. La presencia del general americano, James L. Jones, comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa, y del general jubilado del ejército americano John M. Keane en la reunión de este año sugiere que la siguiente etapa de la conquista mundial está a punto de comenzar. Un neoconservador americano asistente al encuentro dijo estar convencido que "el movimiento de oposición iraní destronará a los mulás". Nicholas Beytout, editor jefe del periódico francés Le Figaro, proclamó de forma agitada: "¡Por favor, dime que no lo crees de verdad!". Un caballero alto, calvo y muy bien vestido, Pascal Couchepin, jefe del poderoso departamento galo de Asuntos Domésticos, replicó que un ataque por parte de Estados Unidos a Irán solamente conseguiría crear el apoyo general de la población a su Gobierno. Los ánimos se exaltaron momentáneamente cuando un bilderberger francés, levantando la voz, le dijo a Henry Kissinger que "el ataque contra Irán quedaría fuera de control". Un miembro del Parlamento griego preguntó a Eival Gilady, consejero estratégico del primer ministro israelí, Ariel Sharon: "¿Qué pasaría si Irán se vengara y devolviera el golpe?". Otro bilderberger subrayó que un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes no solamente involucraría a los Estados vecinos, aumentando las probabilidades de un conflicto mucho más amplio, sino que también conseguiría crear un desastre nuclear como consecuencia de liberar la radiación sobre una zona mucho más amplia. En seguida alguien preguntó si esta guerra estaría destinada a prevenir que el régimen de Teherán se convierta en un poder regional. Un bilderberger francés quiso saber si el ataque inminente contra Irán involucraría sólo a los Estados Unidos e Israel o si la operación sería también "asunto de OTAN". La pregunta estaba dirigida al secretario general de la Alianza Atlántica, el holandés Jaap G. de Hoop Scheffer. Otro bilderberger europeo preguntó acerca de cómo Estados Unidos iban a salir adelante con tres guerras simultáneas, refiriéndose a Irak, Afganistán y, ahora, a Irán. No hay que olvidar que actualmente hay unos 150.000 soldados norteamericanas en Irak. Además, se presionó a la delegación israelí para contestar sobre si estaba dispuesto a utilizar las armas nucleares contra Irán. La respuesta resultó incoherente. Lo que resulta terrorífico en cuanto a las operaciones en Irán es que, según nuestros contactos dentro del Club Bilderberg, hay ya dos fechas alternativas para emprender la invasión. La fecha más temprana es en lo más profundo del verano, seguramente a mediados de agosto, y la otra fecha alternativa sería a finales de otoño. Esta expansión planificada de la guerra contra Irán, que ampliamente sirve a los intereses de la alianza petrolífera angloamericana, Wall Street y el complejo militar-industrial, conlleva implicaciones muy serias. Significa que Israel se convertirá en un actor militar importante en la guerra liderada por los EE UU, tanto como un miembro oficial de la coalición angloamericana. Además, hay que recordar que Estados Unidos, Inglaterra e Israel tienen una política coordinada de armas nucleares. Estados Unidos necesita controlar la región, no solamente por sus reservas de petróleo, sino, lo más importante, para poder sostener su hegemonía económica mundial. Bajo este diseño, los Estados regionales deben ser reconvertidos en débiles dominios de jeques sectarios con poca o ninguna soberanía. Caos regional, así se favorece un credo de fundamentalismo islámico, que a su vez refuerza el proceso de desintegración tanto político como social patrocinado por Estados Unidos. En el pasado, las revelaciones de lo discutido en las reuniones de Bilderberg han supuesto conocer de antemano -meses antes de que aparecieran en los medios de comunicación mayoritarios- temas como la invasión estadounidense de Irak o la creación de Ejército de Liberación de Kosovo, como detonante necesario para la Guerra de los Balcanes por parte de la OTAN contra Yugoslavia.