Sus socios son los amos del mundo
Desde hace 50 años, muchas cosas en el mundo no ocurren de manera espontánea. Las guerras, las invasiones, la unificación de una moneda, la ruptura de fronteras, el derrocamiento de un líder o el asesinato de otro; el triunfo de un candidato a la Presidencia en un país estratégico; la venta de una multinacional a otra y los tratados de libre comercio son sucesos debidamente programados y orquestados por fuerzas económicas y militares muy poderosas e invisibles.
No en vano The Times (Londres, 1977) con respecto a este fenómeno, escribió "...una camarilla formada por algunos de los hombres más ricos, poderosos e influyentes de Occidente se reúnen secretamente para planear eventos que después simplemente suceden
Organizan un nuevo orden mundial
Cada año, en el mes de mayo, en un lugar muy bien escogido, estos poderosos se reúnen para programar minuciosamente los fenómenos que han de ocurrir en el año siguiente, a mediano y largo plazo. Todo, en aras de seguir afianzando su poder económico, militar y científico, y al mismo tiempo, buscando encaminar el mundo hacia una globalización absoluta, con la eliminación de barreras, el establecimiento de un solo gobierno universal -impuesto, no elegido-, la creación de un ejército único, de una sola religión, una sola moneda y una economía global.
Para muchos analistas, sobre todo para los más pesimistas, el propósito primordial es eliminar las clases medias y dividir la humanidad en dos grupos básicos: los dueños del poder y los esclavos.
No sin razón (dicen las informaciones esporádicas, pero muy serias sobre el tema que aparecen en la red), hechos tan trascendentales como la guerra de las Malvinas, el asesinato de Aldo Moro en Italia, el derrocamiento del Sha de Irán, el ajusticiamiento de Ali Bhutto en Pakistán; la unificación de Europa, ligada a la creación del Euro, y hasta el aplazamiento de la invasión a Irak -exigida al presidente Bush, por varios meses-, así como una próxima invasión a Irán, que se estaría preparando, de acuerdo con unas fechas y unos intereses acordados son, según los expertos, acontecimientos planificados con meticulosidad y astucia por parte de los sumos sacerdotes del capitalismo.
El Club de los bilderberger
Los asistentes a la reunión anual de mayo son los miembros del denominado Club Bilderberg: banqueros, monarcas, militares, dueños y directores de medios de comunicación y políticos. Todos muy poderosos y capaces de manejar a su antojo las fuerzas económicas, militares y científicas más influyentes de la tierra. Los directivos o propietarios de Coca cola, General Electric, Microsoft, France Telecom, Fiat, la energética suiza ABB, Danish Oil and Gas Corporation, Geineken N.V., Electrolux, Ericsson y la familia Wallenberg, dueña de la principal fortuna de Suecia, por citar algunas.
Directores de entidades financieras como el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, el Banco Central de Francia y de más bancos centrales de Europa y los Estados Unidos. Casi todas las monarquías existentes, a la cabeza de las cuales están la Reina Beatriz de Holanda, hija del fundador del Club; el príncipe Felipe, heredero de la corona de Bélgica; la Reina Sofía, que estaba en la reunión correspondiente cuando la princesa Letizia anunció su primer embarazo; y el rey Juan Carlos de España, entre otros.
Hombres muy ricos o de una influencia muy grande en el mundo, como: Bill Gates, Henry Kissinger, David Rockefeller, estos dos últimos los más viejos activistas del Club y defensores acérrimos de sus pretensiones. Ex presdientes, como Valery Giscard D´Estaing, Francoise Miterrand, Bill Clinton y George Bush senior. Ministros como Anna Lindh, encargada de los asuntos exteriores suecos, quie fuera asesinada; José M. Durao, Primer Ministro de Portugal, y Hillary Clinton.
Kofi Annan y su esposa Nane Annan
Presidentes en ejercicio, como Jacques Chirac, de Francia, y George W. Bush, de Estados Unidos. Todos los secretarios de la OTAN y casi todos los Directores de la CIA. Kofi Annan secretario saliente de ONU, quien esta casado con una de las hijas de la familia Wallenberg, principal benefactora del Club, junto a Rockefeller, según informaciones que circulan en la red y que están consignadas en el Libro: La verdadera historia del Club Bilderberg, publicado por el periodista, Daniel Estulin, quien durante 13 años ha estudiado el tema y perseguido las reuniones semi secretas de mayo.
Un poco de historia
El principal gestor del Club Bilderberg, en 1954, fue el rey Bernardo de Holanda, padre de la actual Reina Beatriz, quien con fines estratégicos, y para proteger a Occidente de las agresiones del Comunismo, resolvió convidar a los más poderosos ciudadanos y gobernantes del hemisferio Occidental, para trazar una política adecuada.
Primera reunión del Club Bilderberg en 1954
El principal apoyo a esta idea "extraordinaria", lo obtuvo del magnate norteamericano Nelson Rockefeller, quien venía de fundar, tres décadas atrás, el Council Foreings Relations y el Club de Roma, con el mismo propósito de obtener influencia a nivel mundial.
Igualmente de Henry Kissinger, quien se convirtió en el principal ideólogo del Club, y en el responsable de muchos de los acontecimientos mundiales. No en vano, y a pesar del Premio Nobel de Paz que recibió, se le endilga un pasado oscuro y se le ha querido enjuiciar por genocidio. La primera reunión del naciente Club se llevo a cabo en la localidad holandesa de Oosterbeek, en el Hotel Bilderberg, de donde toma su nombre.
En cada reunión de mayo no participan más de 150 personalidades, 100 de las cuales son prácticamente socias. Las restantes, antes de recibir la correspondiente invitación, son analizadas debidamente por un comité directivo, compuesto por 40 personas.
Este Comité es además el encargado de escoger con lupa el lugar donde se ha de reunir, el cual normalmente no esta lejos del sitio donde unas semanas después, lo hará el G8. (Los 7 países más industrializados del mundo y el presidente de Rusia). Entre los invitados nunca hay asiáticos, aunque esta regla seguramente va a cambiar ahora que el Secretario General de la ONU, Ban Kimoon, es de origen surcoreano.
Tampoco hay mediorientales ni latinoamericanos, aunque al parecer Carlos Slim, el magnate de la telefonía celular de México podría estar incluido en próximas reuniones. Muchos hombres y empresas pasan solicitudes para ser incluidos, pero a nadie se le acepta. Todo el mundo debe esperar la suerte de ser invitado.
La revista The Economist aseguró en uno de sus artículos, "Cuando alguien hace escala en Bilderberg, ya llegó", y cita algunos ejemplos: Bill Clinton, el entonces oscuro gobernador de Arkansas, fue ungido candidato a la Presidencia de los Estados Unidos en la reunión de Baden-Baden, a la que asistió durante hora y media. Igual cosa ocurrió con Tony Blair, antes de ser Primer Ministro de Gran Bretaña.
El caso del ex candidato John Kerry es un ejemplo muy diciente. A su fórmula presidencial, John Edwards, lo escogió después de que éste estuvo en la reunión de 2004. Una vez Edwards terminó su exposición, Kissinger llamó por teléfono a Kerry y le dijo: _"John, hemos encontrado tu vicepresidente". Annan, para llegar a la ONU, siguió igual requisito. Putin se convirtió en presidente de Rusia de manera relativamente fácil, cuando apenas era director de la KGB y en las encuestas no pasaba de un 5% de favorabilidad.
Muchos otros hechos como éste son citados de manera puntual en los innumerables escritos que existen sobre este grupo. Pero los que se oponen, o no cumplen con las metas trazadas, también caen. Margaret Tacher debió renunciar cuando se opuso a que Gran Bretaña unificara sus monedas con el resto de Europa.
Unos temas los enfrentan, otros se les salen de las manos
La temática a desarrollar, con base en las circunstancias previstas y en los acontecimientos a producir, está en manos del grupo de los 40. Los temas a discutir van desde compraventas de empresas, hasta la gestación de guerras, incluida su duración y los protagonistas directos e indirectos de las misma, pues varios socios son productores o intermediarios en la venta de armamento.
Un caso específico de ventas de empresas es el de la gigante eléctrica Ontario Hydro, de propiedad del gobierno canadiense. Su situación, que se debatió en la reunión del Club de Bilderberg, en 1996, poco después se dividió en 5 empresas independientes y se privatizó.
En cuanto a conflictos, Kosovo, es un ejemplo bien claro. El Club decidió la formación de un Estado albanés independiente y el desmembramiento de Yugoslavia. Y así se hizo.
Filtraciones sobre la reunión del 2004 revelan que la guerra de Irak, por orden del Club fue postergada hasta marzo de 2003, cuando todos los periódicos del mundo esperaban el ataque para el verano de 2002.
Igualmente, a través de la OTAN, le dio autorización a Rusia para que bombardera a Chechenia. Y fue allí mismo, en esa reunión, donde se fijo la fecha exacta para que Estados Unidos invadiera a Afganistán.
En boca del periodista Mateo Balín, experto en los entresijos de Bilderberg, existe la tesis de que la estrategia del Club es la de crear tensiones en naciones cerradas cultural y religiosamente, que conduzcan a guerras y hostilidades perpetuas con el propósito de justificar medidas de emergencia nacional en tiempos de paz.
La comunicadora española Cristina Martín va mucho más lejos en su sospechas sobre algunos hechos y dice que lo de las Torres Gemelas, al parecer, estaba organizado. Bin Laden es sólo un motivo.
Con respecto a hechos muy anteriores, como en el caso de Watergate, se dice que éste no hubiera pasado a mayores si al Club no le hubiera interesado el derrocamiento de Nixon.
Pero fue precisamente Kissinger, el cerebro gris del Club, quien desde su cargo como Secretario de Estado, echó a correr el tren del escándalo en contra de su jefe.
Con respecto esto, algunos estudioso del tema afirman que era la mejor oportunidad para cobrarle a Nixon algunas desobediencias, y para asaltar desde la propia cúpula del gobierno la legitimidad de las instituciones norteamericanas desmoralizando la nación, y metiendo en cintura a todos los gobiernos por venir, pues el Club es omnipotente y nadie, ni siquiera los presidente más poderosos, puede estar fuera de su control, pues buscan sustituir el poder de los gobiernos por el poder de la banca.
No en vano dijo Rockefeller en 1999, en entrevista para Newsweek: ”Algo debe reemplazar a los gobiernos y el poder privado me parece la entidad adecuada para hacerlo”.
Pero no todo ha sido ganancia. En el caso de la guerra de Vietnam, se había planeado que ésta durara hasta 1978, pero terminó antes de lo previsto. Con respecto a Irak, la primera idea de invadirlo surgió en el seno del mismo Club.
Para el 2003 no había consenso sobre la invasión y al no poder controlar el quiebre de la misma, ésta se realizó sin que todos los miembros estuvieran de total acuerdo. mientras estaban reunidos en Chantilly, Virginia. Por este hecho hoy se presentan enfrentamientos entre los socios. Algo más que les resultó incontrolable fue la política de mano dura del Primer Ministro israelí Ariel Sharon, sobre los palestinos.
En la reunión de 2005, realizada en Rottch-Egerm, Alemania, se discutieron temas heterogéneos de orden mundial. Desde las relaciones euro-americanas, hasta el polvorín del Medio Oriente. La situación de Irak actualmente y, sobre todo, la tensa situación con Irán, sobre él que se dice, que hay algunas fechas, tentativas, fijadas para invadirlo.
La gran pregunta es cómo hacer para no sufrir las consecuencias que ha producido la resistencia Iraquí. Y, sobre todo, lo que un bilderberger francés le pregunto en voz alta a Kissinger: "Dígame usted que un ataque a Irán no quedara fuera de control", al tiempo que otro preguntó si iban a salir adelante con tres guerras simultáneas, refiriéndose a Irak, Afganistán y ahora Irán.
El hecho es que calentar el planeta con un conflicto armado en cualquier lugar es algo que no es ajeno a los bilderberger.
El Club y la prensa
Para la periodista Cristina Martín, autora del libro El Club Bilderberg, los amos del mundo: "Hay periodistas que funcionan como perritos falderos. Hay magnates de la prensa que dirigen y manipulan a la opinión publica con respecto al Club".
Y estos grandes empresarios asisten a las reuniones o son socios que prometen de antemano que nunca, y bajo ninguna circunstancia, hablaran del Club y mucho menos de los temas que allí discuten. Los dueños del Washington Post, del New York Times y del American Free Press, entienden muy bien lo que es callar.
Lo poco que se sabe de las reuniones del Club es por filtraciones que hacen algunos de sus miembros inconformes por cosas que allí se fraguan, y por periodistas independientes que se han atrevido a investigar sobre el tema, comprometidos únicamente con el deber de informar y a riesgo de su propia vida.
Algunos comunicadores, dependientes de los grandes periódicos, han tenido que pagar su osadía de querer publicar algo. Este es el caso de Gordon Theter del rotativo londinense Financial Times, quien perdió su puesto en 1976, cuando intentó, sin éxito, publicar un artículo muy explícito sobre la reunión sostenida en ese año.
De los medios de habla hispana, según la misma Cristina Martín, un invitado fijo desde hace dos años es Juan Luis Cebrián del grupo español Prisa.
Otros, como en el caso de muchas empresas de diferente índole, han fracasado en su intento por llegar al Club, e incluso por ser invitados a algunas de su reuniones, que se dan siempre en un hotel lujoso a las afueras de una ciudad tranquila, donde la mitad del personal es licenciado, pues llegan pajes, metres y cocineros de confianza, que junto a los grandes señores que señalan el destino del mundo, quedan prácticamente cerrados por la más poderosas fuerzas de seguridad del planeta.
Desde hace 50 años, muchas cosas en el mundo no ocurren de manera espontánea. Las guerras, las invasiones, la unificación de una moneda, la ruptura de fronteras, el derrocamiento de un líder o el asesinato de otro; el triunfo de un candidato a la Presidencia en un país estratégico; la venta de una multinacional a otra y los tratados de libre comercio son sucesos debidamente programados y orquestados por fuerzas económicas y militares muy poderosas e invisibles.
No en vano The Times (Londres, 1977) con respecto a este fenómeno, escribió "...una camarilla formada por algunos de los hombres más ricos, poderosos e influyentes de Occidente se reúnen secretamente para planear eventos que después simplemente suceden
Organizan un nuevo orden mundial
Cada año, en el mes de mayo, en un lugar muy bien escogido, estos poderosos se reúnen para programar minuciosamente los fenómenos que han de ocurrir en el año siguiente, a mediano y largo plazo. Todo, en aras de seguir afianzando su poder económico, militar y científico, y al mismo tiempo, buscando encaminar el mundo hacia una globalización absoluta, con la eliminación de barreras, el establecimiento de un solo gobierno universal -impuesto, no elegido-, la creación de un ejército único, de una sola religión, una sola moneda y una economía global.
Para muchos analistas, sobre todo para los más pesimistas, el propósito primordial es eliminar las clases medias y dividir la humanidad en dos grupos básicos: los dueños del poder y los esclavos.
No sin razón (dicen las informaciones esporádicas, pero muy serias sobre el tema que aparecen en la red), hechos tan trascendentales como la guerra de las Malvinas, el asesinato de Aldo Moro en Italia, el derrocamiento del Sha de Irán, el ajusticiamiento de Ali Bhutto en Pakistán; la unificación de Europa, ligada a la creación del Euro, y hasta el aplazamiento de la invasión a Irak -exigida al presidente Bush, por varios meses-, así como una próxima invasión a Irán, que se estaría preparando, de acuerdo con unas fechas y unos intereses acordados son, según los expertos, acontecimientos planificados con meticulosidad y astucia por parte de los sumos sacerdotes del capitalismo.
El Club de los bilderberger
Los asistentes a la reunión anual de mayo son los miembros del denominado Club Bilderberg: banqueros, monarcas, militares, dueños y directores de medios de comunicación y políticos. Todos muy poderosos y capaces de manejar a su antojo las fuerzas económicas, militares y científicas más influyentes de la tierra. Los directivos o propietarios de Coca cola, General Electric, Microsoft, France Telecom, Fiat, la energética suiza ABB, Danish Oil and Gas Corporation, Geineken N.V., Electrolux, Ericsson y la familia Wallenberg, dueña de la principal fortuna de Suecia, por citar algunas.
Directores de entidades financieras como el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, el Banco Central de Francia y de más bancos centrales de Europa y los Estados Unidos. Casi todas las monarquías existentes, a la cabeza de las cuales están la Reina Beatriz de Holanda, hija del fundador del Club; el príncipe Felipe, heredero de la corona de Bélgica; la Reina Sofía, que estaba en la reunión correspondiente cuando la princesa Letizia anunció su primer embarazo; y el rey Juan Carlos de España, entre otros.
Hombres muy ricos o de una influencia muy grande en el mundo, como: Bill Gates, Henry Kissinger, David Rockefeller, estos dos últimos los más viejos activistas del Club y defensores acérrimos de sus pretensiones. Ex presdientes, como Valery Giscard D´Estaing, Francoise Miterrand, Bill Clinton y George Bush senior. Ministros como Anna Lindh, encargada de los asuntos exteriores suecos, quie fuera asesinada; José M. Durao, Primer Ministro de Portugal, y Hillary Clinton.
Kofi Annan y su esposa Nane Annan
Presidentes en ejercicio, como Jacques Chirac, de Francia, y George W. Bush, de Estados Unidos. Todos los secretarios de la OTAN y casi todos los Directores de la CIA. Kofi Annan secretario saliente de ONU, quien esta casado con una de las hijas de la familia Wallenberg, principal benefactora del Club, junto a Rockefeller, según informaciones que circulan en la red y que están consignadas en el Libro: La verdadera historia del Club Bilderberg, publicado por el periodista, Daniel Estulin, quien durante 13 años ha estudiado el tema y perseguido las reuniones semi secretas de mayo.
Un poco de historia
El principal gestor del Club Bilderberg, en 1954, fue el rey Bernardo de Holanda, padre de la actual Reina Beatriz, quien con fines estratégicos, y para proteger a Occidente de las agresiones del Comunismo, resolvió convidar a los más poderosos ciudadanos y gobernantes del hemisferio Occidental, para trazar una política adecuada.
Primera reunión del Club Bilderberg en 1954
El principal apoyo a esta idea "extraordinaria", lo obtuvo del magnate norteamericano Nelson Rockefeller, quien venía de fundar, tres décadas atrás, el Council Foreings Relations y el Club de Roma, con el mismo propósito de obtener influencia a nivel mundial.
Igualmente de Henry Kissinger, quien se convirtió en el principal ideólogo del Club, y en el responsable de muchos de los acontecimientos mundiales. No en vano, y a pesar del Premio Nobel de Paz que recibió, se le endilga un pasado oscuro y se le ha querido enjuiciar por genocidio. La primera reunión del naciente Club se llevo a cabo en la localidad holandesa de Oosterbeek, en el Hotel Bilderberg, de donde toma su nombre.
En cada reunión de mayo no participan más de 150 personalidades, 100 de las cuales son prácticamente socias. Las restantes, antes de recibir la correspondiente invitación, son analizadas debidamente por un comité directivo, compuesto por 40 personas.
Este Comité es además el encargado de escoger con lupa el lugar donde se ha de reunir, el cual normalmente no esta lejos del sitio donde unas semanas después, lo hará el G8. (Los 7 países más industrializados del mundo y el presidente de Rusia). Entre los invitados nunca hay asiáticos, aunque esta regla seguramente va a cambiar ahora que el Secretario General de la ONU, Ban Kimoon, es de origen surcoreano.
Tampoco hay mediorientales ni latinoamericanos, aunque al parecer Carlos Slim, el magnate de la telefonía celular de México podría estar incluido en próximas reuniones. Muchos hombres y empresas pasan solicitudes para ser incluidos, pero a nadie se le acepta. Todo el mundo debe esperar la suerte de ser invitado.
La revista The Economist aseguró en uno de sus artículos, "Cuando alguien hace escala en Bilderberg, ya llegó", y cita algunos ejemplos: Bill Clinton, el entonces oscuro gobernador de Arkansas, fue ungido candidato a la Presidencia de los Estados Unidos en la reunión de Baden-Baden, a la que asistió durante hora y media. Igual cosa ocurrió con Tony Blair, antes de ser Primer Ministro de Gran Bretaña.
El caso del ex candidato John Kerry es un ejemplo muy diciente. A su fórmula presidencial, John Edwards, lo escogió después de que éste estuvo en la reunión de 2004. Una vez Edwards terminó su exposición, Kissinger llamó por teléfono a Kerry y le dijo: _"John, hemos encontrado tu vicepresidente". Annan, para llegar a la ONU, siguió igual requisito. Putin se convirtió en presidente de Rusia de manera relativamente fácil, cuando apenas era director de la KGB y en las encuestas no pasaba de un 5% de favorabilidad.
Muchos otros hechos como éste son citados de manera puntual en los innumerables escritos que existen sobre este grupo. Pero los que se oponen, o no cumplen con las metas trazadas, también caen. Margaret Tacher debió renunciar cuando se opuso a que Gran Bretaña unificara sus monedas con el resto de Europa.
Unos temas los enfrentan, otros se les salen de las manos
La temática a desarrollar, con base en las circunstancias previstas y en los acontecimientos a producir, está en manos del grupo de los 40. Los temas a discutir van desde compraventas de empresas, hasta la gestación de guerras, incluida su duración y los protagonistas directos e indirectos de las misma, pues varios socios son productores o intermediarios en la venta de armamento.
Un caso específico de ventas de empresas es el de la gigante eléctrica Ontario Hydro, de propiedad del gobierno canadiense. Su situación, que se debatió en la reunión del Club de Bilderberg, en 1996, poco después se dividió en 5 empresas independientes y se privatizó.
En cuanto a conflictos, Kosovo, es un ejemplo bien claro. El Club decidió la formación de un Estado albanés independiente y el desmembramiento de Yugoslavia. Y así se hizo.
Filtraciones sobre la reunión del 2004 revelan que la guerra de Irak, por orden del Club fue postergada hasta marzo de 2003, cuando todos los periódicos del mundo esperaban el ataque para el verano de 2002.
Igualmente, a través de la OTAN, le dio autorización a Rusia para que bombardera a Chechenia. Y fue allí mismo, en esa reunión, donde se fijo la fecha exacta para que Estados Unidos invadiera a Afganistán.
En boca del periodista Mateo Balín, experto en los entresijos de Bilderberg, existe la tesis de que la estrategia del Club es la de crear tensiones en naciones cerradas cultural y religiosamente, que conduzcan a guerras y hostilidades perpetuas con el propósito de justificar medidas de emergencia nacional en tiempos de paz.
La comunicadora española Cristina Martín va mucho más lejos en su sospechas sobre algunos hechos y dice que lo de las Torres Gemelas, al parecer, estaba organizado. Bin Laden es sólo un motivo.
Con respecto a hechos muy anteriores, como en el caso de Watergate, se dice que éste no hubiera pasado a mayores si al Club no le hubiera interesado el derrocamiento de Nixon.
Pero fue precisamente Kissinger, el cerebro gris del Club, quien desde su cargo como Secretario de Estado, echó a correr el tren del escándalo en contra de su jefe.
Con respecto esto, algunos estudioso del tema afirman que era la mejor oportunidad para cobrarle a Nixon algunas desobediencias, y para asaltar desde la propia cúpula del gobierno la legitimidad de las instituciones norteamericanas desmoralizando la nación, y metiendo en cintura a todos los gobiernos por venir, pues el Club es omnipotente y nadie, ni siquiera los presidente más poderosos, puede estar fuera de su control, pues buscan sustituir el poder de los gobiernos por el poder de la banca.
No en vano dijo Rockefeller en 1999, en entrevista para Newsweek: ”Algo debe reemplazar a los gobiernos y el poder privado me parece la entidad adecuada para hacerlo”.
Pero no todo ha sido ganancia. En el caso de la guerra de Vietnam, se había planeado que ésta durara hasta 1978, pero terminó antes de lo previsto. Con respecto a Irak, la primera idea de invadirlo surgió en el seno del mismo Club.
Para el 2003 no había consenso sobre la invasión y al no poder controlar el quiebre de la misma, ésta se realizó sin que todos los miembros estuvieran de total acuerdo. mientras estaban reunidos en Chantilly, Virginia. Por este hecho hoy se presentan enfrentamientos entre los socios. Algo más que les resultó incontrolable fue la política de mano dura del Primer Ministro israelí Ariel Sharon, sobre los palestinos.
En la reunión de 2005, realizada en Rottch-Egerm, Alemania, se discutieron temas heterogéneos de orden mundial. Desde las relaciones euro-americanas, hasta el polvorín del Medio Oriente. La situación de Irak actualmente y, sobre todo, la tensa situación con Irán, sobre él que se dice, que hay algunas fechas, tentativas, fijadas para invadirlo.
La gran pregunta es cómo hacer para no sufrir las consecuencias que ha producido la resistencia Iraquí. Y, sobre todo, lo que un bilderberger francés le pregunto en voz alta a Kissinger: "Dígame usted que un ataque a Irán no quedara fuera de control", al tiempo que otro preguntó si iban a salir adelante con tres guerras simultáneas, refiriéndose a Irak, Afganistán y ahora Irán.
El hecho es que calentar el planeta con un conflicto armado en cualquier lugar es algo que no es ajeno a los bilderberger.
El Club y la prensa
Para la periodista Cristina Martín, autora del libro El Club Bilderberg, los amos del mundo: "Hay periodistas que funcionan como perritos falderos. Hay magnates de la prensa que dirigen y manipulan a la opinión publica con respecto al Club".
Y estos grandes empresarios asisten a las reuniones o son socios que prometen de antemano que nunca, y bajo ninguna circunstancia, hablaran del Club y mucho menos de los temas que allí discuten. Los dueños del Washington Post, del New York Times y del American Free Press, entienden muy bien lo que es callar.
Lo poco que se sabe de las reuniones del Club es por filtraciones que hacen algunos de sus miembros inconformes por cosas que allí se fraguan, y por periodistas independientes que se han atrevido a investigar sobre el tema, comprometidos únicamente con el deber de informar y a riesgo de su propia vida.
Algunos comunicadores, dependientes de los grandes periódicos, han tenido que pagar su osadía de querer publicar algo. Este es el caso de Gordon Theter del rotativo londinense Financial Times, quien perdió su puesto en 1976, cuando intentó, sin éxito, publicar un artículo muy explícito sobre la reunión sostenida en ese año.
De los medios de habla hispana, según la misma Cristina Martín, un invitado fijo desde hace dos años es Juan Luis Cebrián del grupo español Prisa.
Otros, como en el caso de muchas empresas de diferente índole, han fracasado en su intento por llegar al Club, e incluso por ser invitados a algunas de su reuniones, que se dan siempre en un hotel lujoso a las afueras de una ciudad tranquila, donde la mitad del personal es licenciado, pues llegan pajes, metres y cocineros de confianza, que junto a los grandes señores que señalan el destino del mundo, quedan prácticamente cerrados por la más poderosas fuerzas de seguridad del planeta.